Querido René,
Lamentamos que hayas terminado tu mensaje con un frio “saludos”, y no con una palabra más amistosa, queremos advertirte ante todo que te queremos y te seguiremos queriendo a pesar de esta o de cualquier otra situación que se presente por el camino, casi como una consigna! Queremos a Rene! Queremos a Rene! Queremos a Rene!
Siempre nos alegra saber de ti en cualquier circunstancia, aunque también lamentamos que la presente pueda conducir a equívocos y malas interpretaciones.
Primeramente te pedimos que leas cuidadosamente nuestras “Reflexiones” para que veas que han sido escritas con nada de mala leche y si con mucho sentido del humor.
Como quiera que sea y a pesar de que debemos reconocernos incapaces de recordar tal conversación acerca de los montículos en particular, sí recordamos que hablamos a finales de mayo del 2002 que ese 1ro de mayo habíamos ido a la plaza y habíamos coincidido allí haciendo fotos, conversamos mucho acerca de las fotos, las banderitas, las marchas, la vida y muchas cosas más. Y estamos seguros de que si hablamos de trabajar con los montículos, probablemente hayamos acotado la coincidencia de trabajar con el mismo elemento; más de una vez hemos conversado con algún amigo y hemos dicho “ah, nosotros tenemos una idea muy parecida” y en ocasiones hemos acordado quién de los dos desarrollaría la idea en particular. No ha estado nunca en nuestro ánimo ni en nuestra carrera como artistas la disposición a realizar una idea que sabemos conscientemente que pertenece moralmente a otra persona. Creemos que ejemplos sobran de coincidencias en la historia del arte. Y también creemos que conocías nuestras piezas que realizamos para la Bienal en el 2003, con el mismo fervor que tu recuerdas ahora esta conversación; aunque también creemos que pudistes haberlas olvidado o incluso sentirte tan a gusto con esta idea que como señalas “las hace el pueblo” que igual decidistes trabajar con ellas. No creemos que haya nada negativo en ello, ni aún en nuestra desmemoria pensamos por un instante que nos estabas hurtando una idea. Por el contrario nos pareció divertida la coincidencia, al tiempo que nos pareció importante aclarar públicamente la posibilidad de seguir trabajando con estos elementos. Al fin y al cabo no hay culpa ni pecado en el préstamo y la apropiación, y si algo hay en esto podría ser tan sólo una suerte de carrera contra el tiempo. No en balde te invitamos a mostrar nuestras obras en la misma exposición, como un guiño feliz a toda esta historia de préstamos y coincidencias.
Nuestra obra como la de cualquier otro artista contemporáneo no está libre de sitios comunes, citas y apropiaciones, y las deudas que tenemos también resultan impagables, por lo tanto no está en nuestros objetivos convocar a una cacería de brujas de las apropiaciones, aunque si nos mueva el interés de evitar convertirnos en víctimas de una situación así. Al final ambos tomamos los palitos de las banderitas y los recolocamos en situaciones diversas partiendo de la creación del pueblo.
Por otra parte, una llamada por teléfono siempre hubiera estado bien, pero nos hubiese sumido en el “olvido para siempre”, dejándonos a la luz pública en deuda eterna con tus palitos, y no es que hubiese estado mal cargar con esta otra deuda. Pero en los tiempos que vivimos nos ha parecido digamos más digno y más divertido hacer públicas nuestras “coincidencias-semejanzas”. Sin ánimo de ofender ni de ofendernos, pasamos por alto el hecho que consideres nuestro pequeño ejercicio de seudo-democracia mediática como un precipitado papelazo. Creímos de buen ánimo que tu naturaleza artística y social tal vez encontraría interesante este dialogo abierto.
La última vez que nos encontramos nos dimos un cariñoso abrazo fruto de la amistad que compartimos, y esperamos sinceramente que la próxima vez ocurra igual a pesar o tal vez gracias a nuestro sentido del “deber público”, a nuestra desmemoria y a nuestro irremediable sentido del humor.
Tal vez olvidamos comentarte lo mucho que nos ha gustado tu instalación con los palitos, y lo bien que se ve con el piso que parece hecho de palitos también. De cualquier forma, coño, no sabemos por qué te pones tan molesto cuando lo que estamos es honrados de haberte ganado una pequeña batalla cronológica de manera tal que nuestra obra resulta la prestamista histórica en este menester, y para nosotros qué mejor prestatario que un artista tan renombrado, un amigo al que admiramos profundamente! Digamos que te jodimos, que te sacamos el sable, si eso es lo qué importara, a nosotros también como a ti nos parece una tontería, porque en realidad esas construcciones las hace el pueblo, no nosotros.
Que se entere la gente, que lo lean por e.mail, es qué no estamos preparados aún para nuestras pequeñas transparencias (léase glasnost)? Sinceramente, esperamos que nos comprendas y nos sigas contando entre tus verdaderos amigos, más allá de las sutilezas interpretativas de estos divertidos textos plenos de nimiedades que aparentemente nos separan y que por qué no, puedan ser material de estudio para los demás.
Un fuerte abrazo,
“saludos”.
Liudmila & Nelson
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