«Hemos terminado, para felicidad de todos, la casa de la tejas verdes de la Quinta Avenida. Confieso que dilaté la visita a la casa; para mí fue más importante luchar por ella que la labor que se ha hecho luego, a esa estoy acostumbrado, por eso esperé, y cuando llegué, pude observar una de las cosas más maravillosas que he visto. Es ir desde el futuro hasta el pasado, es una conjugación diferente a lo habitual, muchas veces decimos no se puede ir al futuro, sino desde el pasado, hoy decimos vamos a ver el pasado desde el futuro». Amar la ciudad: la verdadera razón de un homenaje Eusebio Leal Spengler
A la entrada de la Quinta Avenida en el barrio de Miramar se encuentra una de las casas de la ciudad que siempre ha llamado la atención por su singular fisonomía, ejemplo de la arquitectura doméstica tipo chalet de principios del siglo xx, con gran influencia de los cottages norteamericanos. Con mucho pesar vivimos la imagen de su creciente deterioro y recientemente la hemos visto renacer, gracias a los beneficios de la restauración arquitectónica. Varios fueron los propietarios del inmueble que construido en el año 1926, sufrió a lo largo del tiempo cambios en su interior, en cuanto a distribución y uso de los espacios. La llamada Casa de las Tejas Verdes sorprende por su volumen y las formas geométricas que se entrelazan en su fachada, coronada por una cubierta inclinada con ventanas abuhardilladas y torrecilla en forma de cono que le concede gran belleza a este lugar. Precisamente sus techos de exagerada pendiente y recubiertos por tejas de color verde son sus atributos más destacados, que la distingue en un entorno caracterizado por grandes mansiones. Un amplio portal bordea el frente y laterales, y un jardín sirve de antesala a esta vivienda que cuenta con cuatro niveles relacionados entre sí por la escalera de servicio y otra de forma helicoidal chapada con piezas de mármol de Carrara y baranda de hierro con pasamanos de madera. Al igual que otras mansiones de la avenida habanera, esta responde a la descripción que varios autores han recogido en sus investigaciones. Juan de las Cuevas Toraya en su libro 500 años de construcciones en Cuba hace referencia a elementos comunes como las escalinatas de mármoles italianos, el vitral al fondo de la escalera, la gran sala, la biblioteca, el comedor rectangular con dimensiones apropiadas para 12 o 24 comensales, la salita de estar de la segunda planta que da acceso a las habitaciones. Tales residencias surgen entre los años 1917 y 1919 cuando el barrio de Miramar alcanza gran desarrollo. Así lo expresa Emma Álvarez Tabío en su libro Vida, mansión y muerte de la burguesía cubana: «La actitud de vivir con mayor intensidad la apariencia que la realidad, provoca que los comportamientos sociales asuman un carácter decididamente teatral, lo cual requiere a su vez de escenografías apropiadas que sirvan de marco a las puestas en escena…. cada familia pretendía representar… la sólida posición económica, la importancia de su ubicación en la sociedad, la del alcance político y la del nivel cultural adquirido… también como miembro de una familia se imponía la interpretación de diferentes papeles, que podían ser el de pródigo anfitrión, el de hombre de mundo, el de respetable cabeza de familia o el de sólido hombre de negocios». La restauración Luego de muchos años de deterioro, la Casa de las Tejas Verdes fue sometida a un proceso de restauración arquitectónica, a cargo de un equipo de profesionales de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. El deplorable estado en que se encontraba el lugar a consecuencia de la falta de mantenimiento, obligó a una reparación capital con vista a su total recuperación. Un exhaustivo dictamen arrojó la pérdida de la cubierta lo que permitió la entrada del agua de lluvia que provocó el daño de la madera en la techumbre, conformada en una parte por losas de hormigón armado y en otra con sistema de vigueta y bovedilla, de los entrepisos y de toda la estructura de la casa. Fue esta una de las principales causas del deterioro del inmueble que, a consecuencia de las filtraciones, perdió molduras, florones y otros elementos de yeso que adornaban techos y paredes. Los muros de ladrillo también perdieron su revestimiento y se cubrieron de grietas; y apareció la huella del óxido en otras partes de la vivienda que mostraba también abandono en sus jardines y en la carpintería. Ante esta situación y el alto valor simbólico del inmueble, los especialistas determinaron realizar una intervención sumamente cuidadosa que lo devolviera a su estado original, por lo que fueron rescatados los elementos que se encontraban aún en la obra, protegidos pisos y marcos sin desmontar. Asimismo se involucraron en una búsqueda de documentos y fotografías que sirvieran de referencia para la restauración. La casa hoy La Casa de las Tejas Verdes cuenta con la obra de muchos artistas contemporáneos que otorgan mayor valor y belleza al inmueble, preparado para que se pueda vivir en él y que sirva para explicar la arquitectura moderna y contemporánea de la ciudad, la de El Vedado y la de Miramar. Distintas manifestaciones como la pintura, la fotografía, la escultura, la cerámica, convergen en este sitio que exhibe las dos últimas piezas realizadas por el maestro Pepe Rafart; así como las creaciones de Vicente Rodríguez Bonachea, Ever Fonseca, Ángel Ramírez, José Omar Torres, Carlos Guzmán, Eduardo Abela, Jorge Pérez Duporté, Agustín Bejarano, Luis Alberto Rodríguez, Lourdes Gómez, Manuel Cruz Igarza, Agustín Drake, Yoryana Hernández, Rita Mirabal, José Raúl Colomé, Carlos y Karen Marcoleta, Miguel Osorio, Leticia Abad, Julia González y Juan Quintanilla. La Casa de las Tejas Verdes abre sus puertas como centro promotor de la arquitectura moderna y contemporánea, el urbanismo y el diseño interior. Su sala de conferencias, ubicada en el ático, acogerá disertaciones de diversas temáticas a cargo de arquitectos, ingenieros, diseñadores y otros profesionales. A partir de este mes la Casa de las Tejas Verdes ofrecerá el servicio de visitas dirigidas que podrán ser reservadas por teléfono, correo electrónico o personalmente, de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 12:00 m y de 2:00 p.m. a 4:00 p.m., y los sábados de 10:00 a.m. a 12:00 m .Los miércoles estarán dedicados al programa de conferencias. Dirección postal: Calle 2 núm. 308, entre 3ra. y 5ta., Miramar, teléfono: 212 5282, e-mail: tejasverdes@gc.patrimonio.ohc.cu
Proyecto: Dirección de Proyectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana
Directora: Arq. Tatiana Fernández de los Santos/Proyectista General: Arq. Lina Alba/Arquitectura: Arq. Ernesto Pérez/Estructura: Ing. Roberto Paredes e Ing. Marlys Molina/ Electricidad: Ing. Roberto Alfonso/Mecánica: Ing. Alexander Vega/Hidrosanitaria: Ing. Lariza Menne/Presupuesto: Ing. Gonzalo González Diseño de interiores Arq. Lourdes Gómez, Arq. Marisol Fernández y Arq. Rita Mirabal Inversionista: Unidad Inversionista Prado. UPI Directora: Arq. Perla Rosales/ Jefe de Grupo: Arq. Kenia Díaz Santos/Inversionista residente: Ing. Mariela Mulet/Arquitectura: Arq. Abiel San Miguel y Arq. Lázaro López/ Electricidad: Ing. Jorge Alonso/Mecánica: Ing. Roxana Bellón/Hidrosanitaria: Ing. Mariela Mulet/ Inversionista: Ing. Roberto Arrufat Constructor: Empresa Constructora Puerto Carena Director: Ing. Rogelio Milián Laria/Representante: Ing. María Lucrecia Pino/Técnica: Ing. Miriam Alonso/Jefe de obra: Avelino Reyes Figueredo/Ejecutor: Luis Mena/Vicedirector técnico: Julio Cesar Gálvez/Aseguramiento:Carlos Vilches/ Jefe de brigada: Ing. Rolando Galloso Agradecemos la colaboración del arquitecto Abiel San Miguel para la elaboración de este texto.
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